Este finde estuve con mi madrileño por Ávila. Me fui el sábado por la mañana en bus y volví la noche del domingo al lunes también en bus. 12 horas de bus para vernos 24 horas. (Me resulta frustrante tanto viaje para tan poco tiempo!!!! Ais!)
Escogimos Ávila porque mi madrileño descubrió una fuente con aguas medicinales buena para mi psoriasis y también porque podíamos disponer de una casita (que ya estamos hartos de hoteles) y hacer nuestra vida sin estar pendientes de horarios.
Mi madrileño, como ya os conté, trabaja en dos sitios, mañana y tarde. Como es lógico estaba muy cansado y con mucho sueño. Yo, además de estar de vacaciones, duermo en los buses con una facilidad pasmosa. Así que teníamos los ritmos cambiados.
El domingo desperté prontito y me agobiaba pensar en seguir durmiendo. Me levanté y me fui a dar una vuelta por Ávila. Bonita ciudad. Más bonito sería disfrutarla acompañada.
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