Mi madrileño vino por fin a las fiestas y después de tanto lío nos quedamos en casa de mi hermano. Una vez aquí estaba contenta por tenerlo a mi lado, tan atento como siempre, tan cariñoso como siempre. Y yo acompañada de cenita y copichuelas con mis amigos. Por una vez podía sentir lo que era estar con ellos en mi territorio y con él a mi lado. Tan contenta estaba que para mí pensaba que me iba a volver a enamorar.
Pero... mi madrileño una vez que estuvimos sólos me dijo que igual era mejor dejar de vernos y ahí empezaron mis lloros. Era algo que en muchos momentos deseé pero ahora las cosas cambiaban, era él el que me lo decía y no yo.
Cuánto lloré!!
Por la semana ya no recibí ninguna llamada suya. Yo lo seguí llamando todas las noches, como siempre, pero él está muy cortante. No hablamos nada de si nos vamos a ver este fin de semana, hoy es viernes, le comentaré algo. Puede que no nos veamos este finde. ¿Y los siguientes? Chi lo sa?
Pero... mi madrileño una vez que estuvimos sólos me dijo que igual era mejor dejar de vernos y ahí empezaron mis lloros. Era algo que en muchos momentos deseé pero ahora las cosas cambiaban, era él el que me lo decía y no yo.
Cuánto lloré!!
Por la semana ya no recibí ninguna llamada suya. Yo lo seguí llamando todas las noches, como siempre, pero él está muy cortante. No hablamos nada de si nos vamos a ver este fin de semana, hoy es viernes, le comentaré algo. Puede que no nos veamos este finde. ¿Y los siguientes? Chi lo sa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario