martes, 29 de marzo de 2011

Sigo aquí

Como dice el nombre de mi blog, sigo aquí, aunque lleve más de 20 días sin actualizar y sin pasarme por vuestros blogs.

¿Por qué? Primero fueron las evaluaciones, poner exámenes, corregir exámenes y poner notas. Después se vino mi padre conmigo la semana pasada y estuvimos haciendo turismo por los alrededores. Esta semana ando con las recuperaciones pero lo llevo con más calma porque no hay un plazo en el que entregar las notas.

En cuanto a mi vida, todo sigue igual, centrada en el trabajo por la semana y los fines de semana en la familia. En el amor sigo sin novedades, Sal fue otra ilusión pasajera. Le puse las cosas claras, no quiero nada con él pero sigue insistiendo. En primer lugar le dije que no quería que me mandase mensajes a todas horas ni que me llamase con diminutivos cariñosos ni quedar con él como obligación todos los fines de semana. A todo dice que sí con tal de conservar mi amistad. Por las noches hablamos un rato por el messenger, no sé muy bien por qué, porque me da pena, porque quiere dar pena. Tarde o temprano tendré que cortar por lo sano.

Espero no tardar tanto en escribir otro post. Me queda ponerme al día con vuestros blogs, seguro que están llenos de novedades.

lunes, 7 de marzo de 2011

Entrada variada

Antes de que se me olvide quería hablaros otra vez del proyecto Lectura Encadenada. Esta vez la organizadora es Inés y tenéis hasta mañana para apuntaros. Podéis leer aquí de qué va el proyecto.

Esta mañana quedé con Sal para desayunar, durante el día me mandó mensajes varios, me llamó dos veces y... me agobia!! ¿Y qué me dice hoy? Que me da morbo su pasado de ex-cura!! Ni que fuera el "pájaro espino". Me gusta hablar con él de temas religiosos y sus historias de cuando era cura y me parecía que por fin había conocido a una persona seria pero ya no pienso lo mismo. Si tiene una historia sin terminar que la termine y después hablamos. Esto de después hablamos es un decir porque enseguida me ilusiono pero también me desilusiono a doble velocidad, ya estáis viendo. Muchas gracias por vuestros comentarios sobre este tema, como veréis no los contesto pero los leo todos y me encanta saber vuestro punto de vista, me hace reflexionar porque suelo ser bastante cuadriculada.

Mañana es martes de Carnaval y no tengo cole. Eso sí, tengo a 14 personas invitadas a casa para comer el cocido típico, hermanos, cuñadas, tíos y sobre todo, los padres de mi futura cuñada que van a conocer mi pueblito y mi casa por primera vez. Me toca hacer de anfitriona y es algo que no llevo demasiado bien, estoy echando mucho de menos a mi madre, ese papel era suyo y no sé si voy a estar a la altura.

domingo, 6 de marzo de 2011

Segunda cita

Durante la semana, todos los días tuve un mensajito de Sal deseándome buen día o preguntándome qué tal la tarde. Además, por las noches hablábamos por el messenger donde se refería a mí con palabras tipo pichurri, pitufiña, que me dejaban cuando menos pensativa. Vamos, que lo veía yo muy lanzado.

El viernes tuve mi segunda cita en persona. Vino a recogerme a casa y nos fuimos a tomar algo a un sitio tranquilo. Los dos queríamos hablar sin que la música o el ruido nos molestase.

La conversación surgió con naturalidad. A mí me llama mucho la atención su pasado de cura y a él le gusta hablar de ello, ese fue uno de nuestros temas. Pero no sólo habló él de su vida, yo también hablé de la mía, recordando a mi madre no pude evitar las lágrimas y Sal cogió mis manos entre las suyas.

Salimos de la cafetería y estuvimos dando un paseo sin saber muy bien a dónde ir. Era la una de la madrugada y dije de irnos. Me llevó hasta casa en su coche, seguimos hablando y en un momento dado, puso su mano en mi rodilla y mis piernas empezaron a temblar. De nerviosismo, porque no sabía qué camino iba a tomar aquello. Me preguntó que por qué temblaban y al decírselo su respuesta fue que no tenía por qué ponerme nerviosa, que le gustaba tocar a la gente, que era una señal de confianza y de estar muy a gusto conmigo.

Seguimos con la charla, en el coche y salió el tema de su salida del clero. Estaba destinado en un pueblo pequeño y en seguida se empezó a comentar de si era porque ya tenía hijos o que si había dejado a una chica embarazada. Ese pueblo al que estaba destinado está relativamente cerca de mi pueblo por lo que yo había oído hablar de él como cura, es más, una amiga de mi hermana es de allí y hace ya mucho tiempo, estando yo con ellas dos, habló del cura de su pueblo que se salió de cura y que se fue con una feligresa. Se lo dije, se puso todo serio y me empezó a contar: esa chica existe aunque no es la causa de su salida del clero, empezó a salir con ella dos años después, estuvieron cinco años de novios y uno viviendo juntos, hasta el pasado mes de agosto.

Me contó todo esto por temor a que me enterase de algo por la amiga de mi hermana porque se dieron un tiempo para pensar y si hablase con esa chica me diría que siguen saliendo juntos, porque "oficialmente" nadie sabe de sus problemas.

¿Cómo lo veis? Yo bastante borroso. Me di cuenta que soy muy seria con estos temas amorosos porque yo, teniendo una historia sin acabar no se me ocurre usar nombres cariñosos ni tocar la pierna a nadie porque puede dar lugar a equívocos y no me gusta engañar a la gente.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Trabajo y amor

Los exámenes se acercan y con ellos también las evaluaciones, así que me paso las tardes haciendo boletines de repaso y preparando exámenes. Aún así no me quejo, estoy muy contenta en el instituto y si lo hago es por no tener tiempo a actualizar o a leer vuestros blogs. Esto es pasajero y después espero tener más tiempo.

Antes actualizaba a menudo por las noches, mientras veía un rato la tele pero ahora ese ratito lo ocupo hablando con un amigo. Como os dije hace tiempo, me apunté en una pagina para buscar pareja a través de internet a través de la cual contacté con mi ex-ilusión.

Él no fue el primer chico con el que hablé. El primero fue uno de nick Sal, pero yo consideraba que, más que salado era un poco soso, demasiado soso. Tenía poca conversación, enseguida decía "¿qué más me cuentas?" (y yo pensaba "uno, dos, tres y cuatro") o "pregúntame lo que quieras". Eso sí, siempre insistía en que en persona era mucho más hablador y que le encantaría conocerme, tomar algo y charlar. Yo le daba largas e incluso evitaba hablar con él porque el panorama no era demasiado halagüeño y por la foto que tenía en su perfil tampoco era que físicamente me atrajera, pero... empezó a darme pena y me dije... "¿por qué eres tan mala? Vete con él, toma el café, que no pasa nada y el hombre lo está deseando". Así que allá me fui.

La cita fue el viernes pasado. Quedamos en una cafetería cerca de mi casa y apareció Sal. Muy alto, como me había dicho, de complexión fuerte, como me había dicho y empezamos a hablar. Él es de un pueblo y le pregunto que cuánto tiempo lleva viviendo en mi ciudad y ahí, todo serio, me empieza a contar su vida. Estudió en un colegio de jesuitas y a los 18 años ingresó en el seminario, se ordenó cura, empezó su labor en diferentes parroquias a las que fue destinado y a los 26 se salió presionado por ser un cura moderno lo cual no estaba bien visto por la cúpula de la iglesia local. El hombre soso que yo creía se convirtió en un hombre con mucha personalidad, con las ideas muy claras y allí estuvimos hablando dos horas y media.

Y yo... yo me quedé patidifusa, me encantó escucharlo, me encantó todo lo que me contaba y me descolocó completamente. Seguimos hablando todas las noches y este viernes nos volveremos a ver. Está todo emocionado porque yo lo haya escuchado y comprendido y... por qué no decirlo, se le nota a las leguas que quiere algo más que una amistad. Yo me siento halagada y a la vez confundida. Lo que menos me esperaba era encontrarme con un ex-cura.