lunes, 28 de junio de 2010

Chasco

Estoy un poco desanimada. Lo de no saberme el tema era algo que me podía pasar pero que no había pensado. Por una vez, yo que muchas veces peco de pesimista y pienso en lo peor, confiaba en que eso no me iba a pasar. Y me pasó. Ahora tengo que ponerme fuertemente con la programación y las unidades didácticas, mi gran y última esperanza. En esta parte no influye la suerte, depende de mí misma, de ser capaz de controlar los nervios delante del tribunal y por mi experiencia de otros años sé que lo consigo. Aún no sé el día que me tocará. Por el momento tengo que ir este miércoles otra vez a León a la apertura de sobres.

En cuanto a mi finde... bien, estuvo bien. Quizás un poco empañado porque la primera pregunta que me hacían mis amigos al verme era que qué tal las opos. Salimos vestidos de romanos. Muy buen ambiente por las calles, mucha gente.

Con A. ninguna novedad. La semana pasada estuvo aquí en mi ciudad porque estaba de vacaciones y es lucense también. Hoy empezaba a trabajar. El sábado noche estuvimos hablando bastante tiempo. De mis opos, de su trabajo, de su piso,... Pero nada más. La suerte me es esquiva la mayoría de las veces. Las cosas no suelen salirme como me gustarían. En historias de amores aún más a menudo. Así que... no me hago ningún tipo de ilusiones. Es más, pensé en no contar más cosas de A., parezco una quinceañera pensando si me gusta o no me gusta, si le gusto o no le gusto, si es tímido, si no se atreve, si yo soy tímida, si no me atrevo y los quince hace mucho que quedaron atrás.

Como veréis cambié de plantilla. Mucho verde, que es el color de la esperanza. Me hace falta.

sábado, 26 de junio de 2010

El día D llegó y pasó

Jueves tarde: Voy a la biblioteca a terminar de repasar un rato (en casa no soy capaz de estudiar). Encuaderno la programación (son 2 minutos, mi hermana dijo que iba ella por la mañana pero se lió como siempre, aggg, y no me queda otra que ir). Hago la maleta y marcho para León a las 7 de la tarde.

Jueves noche: Llego a León. Están de fiestas. Entro por donde la plaza de toros. Está la gente saliendo de los toros. Hay una manifestación antitaurina, calles cortadas y mucha policía. Son casi las 10. Quiero ir a ver dónde está el instituto. Tráfico intenso. Gracias a mi maravilloso sentido (y no es sentido figurado) de la orientación y los cartelitos lo localizo. Tengo que localizar el párking del hotel. Mi orientación me vuelve a ayudar, sin preguntar ni GPS (unas cuantas vueltas, eso sí). Llego al hotel. Quiero cenar algo. Salgo. Está todo a tope por las fiestas. Vuelvo al restaurante del hotel. Ceno y subo a la habitación. Son las 11. Tengo un dolor de cabeza impresionante. Me acuesto. Pongo el despertador para las 6 para un ultimísimo repaso. No puedo dormir, hay un ruido como de un extractor en el patio de luces. Me pongo tapones. Da lo mismo. Son las 00:30, llamo a recepción. Es un extractor. Lo apagan. Me duermo. Son las 5. Despierto. Otra vez el extractor. 2 minutos y se apaga. No consigo dormirme. Me levanto a repasar. Estoy tan dormida que no soy capaz. 5:30. Extractor 2 minutos. Me acuesto. Duermo. 6:30. Otra vez el extractor. Me levanto ya. Repaso. En la hoja de sugerencias del hotel escribo mis quejas. Menuda noche!

Viernes mañana: Ducha rápida, valor y al toro. Bastantes gallegos en el examen. 9:00. Nos empiezan a llamar por orden de lista. 9:45. Empieza el examen. Primer tema, no estudiado. Segundo tema: no estudiado. Tercer tema: no estudiado. Cuarto tema: no estudiado. ¡Sólo me queda una oportunidad!!! Quinto tema: NO ESTUDIADO!! Los tres primeros temas eran infumables, de hecho uno de los profes dijo: "Parece que no quieren que aprobéis". Mucha gente se marchó. Por lo que dijo una chica, como el examen en Asturias era a las 12, iban allí a examinarse. Entre el cuarto y el quinto escogí el quinto e improvisé. Este examen valía 4 puntos de 10. Con un 1 me conformaría. Jugué a la suerte y no tuve. Me quedan 6 puntos por los que luchar. Sé que no voy a aprobar. Sólo quiero trabajar el curso que viene. Me vengo para casita.

Viernes tarde: Me llaman amigos y parientes para saber qué tal me fue. La respuesta ya la sabéis. Mañana estamos de fiestas en mi ciudad. Celebramos nuestro pasado romano (Lucus Augusti). Algo me alegra el día. Me llama mi amiga Lu. Mañana también sale con nosotros A. (por primera vez, porque no es de nuestra pandilla, aunque todos lo conocemos). Mi estado de ánimo no es el mejor ahora mismo para cosas de amoríos. Bueno, si A. lo intentase a lo mejor podía mejorar.

Viernes noche: Esto ha sido todo amiguitos.

lunes, 21 de junio de 2010

Lunes

Mi amiga Lu no vive en mi misma ciudad a la que viene casi siempre los lunes por la tarde. Normalmente quedamos más o menos tiempo para tomar algo y contarnos la vida.

Hoy, lunes, como de costumbre, me llamó. Supuestamente para quedar con ella y su recién estrenado marido, digo lo de supuestamente porque también estaba A. Así que ya me veis con las oposiciones el viernes y el lunes de cañas viendo el partido de España. Estuvo bien el encuentro. Hablamos un momento por encima de los mensajes, pero A no le dio importancia ninguna.

Por lo demás, este sábado estamos de fiesta en mi ciudad, tengo muchas ganas de salir, de tomarme unas copichuelas, de reír, de liberar tensiones, de hablar por los codos, de bailotear, como hace tiempo no tenía. Queda poco ya.

domingo, 20 de junio de 2010

Probabilidades

Para los que no sepáis cómo va esto de las opos, el primer examen que tenemos/tengo consiste en desarrollar un tema de entre cinco de los que componen tu temario (los temarios de Secundaria suelen tener sobre 70 temas). Hace dos años, en mi tribunal fue en el que se hizo el sorteo. Traían un bingo con sus bolitas y allí sacaron nuestras cinco bolas de la suerte.

Estos días me vino a la cabeza una página que me pasó un amigo hace unos años para calcular la probabilidad de que te caiga en el examen un tema que hayas estudiado. Ésta es. Este año mi probabilidad es mayor que hace dos años, tengo más temas estudiados, pero aún así la probabilidad de que me toque un tema estudiado según esta página anda sobre el 80%. El viernes saldré de dudas y sabré cómo se portó la suerte conmigo.

miércoles, 16 de junio de 2010

El día D

Hoy salió la fecha de mis opos en Castilla y León, el viernes 25 a las 9 de la mañana. Sé que son en León pero aún no se sabe lugar (en algún instituto) ni la disposición de los tribunales. Aunque puedan parecer datos banales, estaría más tranquila sabiéndolo. Y dicen que lo dirán después del 21, vamos, el día antes si me descuido.

Lo primero que hice al saberlo fue llamar a un hostal para quedarme la noche antes. La chica, muy amable, me dijo si iba por lo de las opos, porque si era así me daba una habitación interior (está en pleno centro de León, al lado de la catedral) porque... esa semana están de fiesta!!!!

Me matriculé también en Asturias, sin saber si coincidirían o no las fechas. De aquí sí que no sé nada. No sé por qué, pero me da bastante igual, me apetece más Castilla y León que Asturias. Bueno, a lo mejor sí que lo sé, por A.

domingo, 13 de junio de 2010

La tablilla Plimpton 322

Repasando, pensé que esto podía dar para un post.

Mesopotamia, que traducido del griego quiere decir "tierra entre ríos", es el nombre con que se conoce a una región del Oriente Próximo, situada entre los ríos Tigris y Éufrates y que coincide aproximadamente con las zonas no desérticas del actual Irán.

Usaban un sistema de numeración de base 60 a diferencia del nuestro que es de base 10. Además, no disponían de un símbolo para el cero. Para solucionar el problema, dejaban un espacio un poco mayor en el lugar en el que debería ir el cero, pero a veces se generaban confusiones entre representaciones de dos números distintos. Más adelante, hacia la época de la conquista de Alejandro Magno, se inventó un símbolo especial, que consistía en un par de pequeñas cuñas colocadas oblicuamente.

Como medio de escritura usaban tablillas de arcilla. Quizá la más famosa de las tablillas mesopotámicas sea una de 13 x 9 cms aproximadamente, excavada de forma ilegal hacia 1920 en las ruinas de la ciudad de Larsa. Esta tablilla fue a parar a manos de un editor neoyorquino, George Arthur Plimpton y donada a la universidad de Columbia a su muerte, correspondiendo el 322 a su número de catálogo y donde se conserva en la actualidad. Por este motivo la conocemos hoy en día como tablilla Plimpton 322.


Fue escrita hacia el año 1800 a.C. y en ella aparecen cuatro columnas de números distribuídas en quince filas. En apariencia podría tratarse de algún tipo de anotación contable pero descifrados los números corresponden a la primera relación de ternas pitagóricas de las que se tenga conocimiento (es decir, tres números que cumplen el teorema de Pitágoras, que dice que la suma de los cuadrados de los catetos de un triángulo rectángulo es igual al cuadrado de la hipotenusa). La cuarta columna es el número de orden (1, 2, 3, ...)

viernes, 11 de junio de 2010

Estudiando

Llevo una semana dura, estudiando todo lo que puedo y mi cuerpo lo está empezando a notar.

¿Cuál es mi arma a la hora de ponerme a estudiar? Papel y boli, podría ser vuestra respuesta. Sí, habéis acertado, pero no cualquier papel ni cualquier boli. El papel debe de ser ya usado, por ejemplo, estoy usando mucho ahora exámenes que imprimí en su momento y que me sobraron. En cuanto a los bolis, me encantan de propaganda, pero cuando llega el momento del sprint final necesito un boli blandito, con una punta que se desplace sin esfuerzo. Esto lo consigo con mis Pilot Super Grip. Más de uno a la semana necesito.

Las Mates se prestan a estudiar escribiendo pero es que yo escribo tooodoooo, una vez para quedarme con ello, otra vez recordándolo y una última (si todo sale bien) de repaso finalísimo.

Esto tiene sus consecuencias. Esta semana me dolía la espalda, el hombro derecho, el brazo, el dedo que lo tengo con el típico callo y que se me va a torcer el pobre. Viendo que tengo que continuar estudiando me decidí a ir al fisio a ver si me solucionaba el problema. Me dijo que tenía toda la zona de las cervicales y dorsales muy tensa y me dio un masajee que pa qué... estoy que parece que me han dado una paliza, tengo agujetas por toda la espalda y el cuello lo mismo.

Todo sea por un trabajito.

martes, 8 de junio de 2010

Eligiendo destino

Mañana es el último día para presentar los papeles para elegir destino para el curso próximo en Castilla y León. Llevo varios días con ellos cubiertos pero esperaré a mañana para entregarlos porque estoy hecha un lío.

Como veis en el mapa las provincias más cercanas a Galicia serían León y Zamora. La razón me dice que escoja primero los centros de León, empezando por los más cercanos a Galicia. El corazón me dice que escoja centrándome en Benavente, que es donde viva A.

En esas estoy. ¿Quién ganará, la razón o el corazón? La razón también me dice que con A no tengo nada. ¡Ay razón! ¿Por qué me dices estas cosas?

lunes, 7 de junio de 2010

Premio


Nuria ha tenido a bien darme este premio junto con otras cuatro personas. Muchas gracias!

Como veis es un premio que se puede dar a más de una persona pero yo se lo voy a dar a la primera persona que se me vino a la mente: Maitasun.

Es un premio con cola. Hay que escribir diez cosas que te hacen feliz. A mí me hace feliz:

1.- Despertarme después de haber dormido de un tirón sin tener pesadillas ni sueños raros.

2.- Pesarme y ver que mantengo mi peso o bajo algo.

3.- No tener que preocuparme porque ya tengo la comida para mediodía hecha.

4.- Las comidas del fin de semana todos juntos y que me digan que está rica.

5.- Empezar a repasar un tema y ver que me acuerdo de muchas cosas.

6.- Imaginar que me sale un tema en las opos que me sé muy bien.

7.- Hablar con alguna amiga para ponernos al día de nuestras vidas.

8.- El rato después de cenar para mí y mis blogs.

9.- Abrir el correo y ver los comentarios que me dejáis en el blog.

10.- Imaginarme viviendo con A.

sábado, 5 de junio de 2010

Escuela unitaria

A finales de los años 60 una chica con 20 años recién cumplidos, recibe su destino definitivo como maestra. La chica es mi madre y el destino es un pueblo cerquita del nuestro al que voy a llamar Feliz. Feliz es un pueblo que rondará los 200 habitantes en el que hay una escuela con una sola maestra, como en todos los pueblos de alrededor, es lo que se llamaba una escuela unitaria. Eso quiere decir que en una misma aula van a estar todos los niños desde los más pequeños que será su primer curso hasta los de 8º de EGB, los mayores.

Las carreteras estaban sin asfaltar y los coches escaseaban, así que la maestra iba y venía andando, sólo tenía que atravesar un monte y en menos de una hora estaba en Feliz. Los niños también iban andando, unos tenían más suerte que otros y les quedaba la escuela más o menos cerca. Lo peor eran los inviernos, las lluvias y las nieves.

En los 70 la maestra, mi madre, se casa y enseguida tiene una niña, que soy yo. También tiene un Land Rover con el que va y viene. En Feliz, cerquita de la escuela hace mucha amistad con un matrimonio, padres de alumnos, el señor Pepe y la señora Rosario, de la casa del Cuarto, a donde va a comer y que me van a cuidar mientras mi madre está en la escuela y a los que sigo adorando, muy mayores ya.

Los años pasan y yo... tengo que ir a la escuela y ¿a cuál voy a ir? A la de Feliz. De mi curso éramos cuatro: José del Peral, Ovidio de los Curas, Suso del Manchado y yo. Como era la única chica, mis amigas eran mayores que yo: Marta de María, Pili del Manchado y Marijose de Sebas.

La escuela estaba enfrente de la iglesia, en cuyos alrededores jugábamos. Cerquita había también una cantina, la de la señora Asunción a donde íbamos a comprar nuestros chicles Cheiw y demás chucherías.

No había water, así que íbamos de campo en el recreo. ¡Qué tiempos! Muchas veces íbamos a la finca de Filomena, donde había árboles y nos podíamos esconder mejor. Si Filomena nos veía en su finca, se ponía furiosa y teníamos que salir corriendo con las bragas a medio subir. Como nos echaba tales broncas, si estábamos meando en otra finca que no fuera suya y la veíamos aparecer también escapábamos, pero entonces nos decía: "Neniñas! No corráis que yo tengo lo mismo que vosotras".

Otro espectáculo era cuando Balbino de los Curas, sí, el abuelo de Ovidio mi compañero de curso, aparecía montado en su mula, recién llegado de la feria y un poco pasado de vino. Nos reíamos. Ahora pienso qué tal le sentaría a su nieto ver a su abuelo en ese estado delante de todos nosotros.

O el de Manolo del Candil, que había sido policía en Madrid y el día 31 de diciembre, que estaba en la Puerta del Sol vigilando el reloj, le dio por subir y cambiarle la hora. Se había vuelto loco (o eso decíamos nosotros), lo echaron de la policía y se vino para Feliz. Era muy religioso, pasaba por allí con su tractor, paraba delante de la iglesia, rezaba y seguía su camino.

Cuando tenía 11 años se cerraron las escuelas unitarias en todo el ayuntamiento y abrieron lo que nosotros llamábamos un grupo escolar. Nos parecía enorme, éramos 400 niños en total, había water, calefacción (en Feliz era una estufa de butano), comedor, íbamos en autobús. Pero nunca llegó a tener el encanto de aquella escuela unitaria en aquel pueblo perdido.

Tengo gratos recuerdos de Feliz. Voy a menudo, son días fijos el de San José y el del Rosario, para felicitar a mis dos viejiños, a los que quiero y que me quieren. Para ir a su casa paso por la escuela y siempre vienen a mi mente buenos recuerdos, lo mismo que cuando veo a algún compañero de escuela.

viernes, 4 de junio de 2010

Los mensajes

Hay cosas para las que soy muy maniática o metódica, no sé cómo definirme, y las sigo haciendo a lo largo de los años. Es lo que me pasa a la hora de mandar mensajes desde el móvil. Hace como siete años una amiga me dijo un truco para saber si esos mensajes llegaban a su destinatario y consistía en poner antes de empezar el mensaje *n#. El que recibe el mensaje no ve ese texto. Es decir, si yo mando el mensaje "*n#Gracias." el que lo recibe sólo verá "Gracias" y al que lo manda le llega un mensaje donde dice si ha sido entregado (que no quiere decir que haya sido leído) o si ha sido almacenado (si el móvil está apagado o fuera de cobertura) en cuyo caso cuando lo reciba nos llegará a su vez un mensaje diciendo que ya ha sido entregado. Todo esto sin coste alguno.

Todo este rollo viene al caso porque hoy descubrí que mi móvil no guarda los mensajes enviados con *n# pero sí los otros. Y tengo guardados los mensajes que mi amiga le envió a A ya que ella no usó el *n#. Dicen así:

"Querido A: en estos días que llevo sin verte me he dado cuenta de que te echo de menos; echo de menos hablar contigo, me siento muy cómoda cuando estamos juntos. El caso es que... creo que me gustas, me gustaría conocerte más y quisiera saber si mi sentimiento es recíproco. Un besito muy grande."

"Soy una amiga de laquesigueaqui. Ha sido un error. ¡¡¡Perdona!!!"

Sigo cabreada con mi amiga, muy cabreada. Ayer no me daba dormido pensando en todo esto y hoy me costó estudiar más que de costumbre. Nunca se me ocurriría mandar un mensaje desde el móvil de nadie sin su permiso, además hablando de cosas tan personales.

Como me decís en algún comentario de los de ayer, a A le tuvo que quedar claro que algo había en todo esto. El método no está mal del todo, el mensaje resume muy bien lo que siento, (sobra lo de creo que me gustas) sólo que no era el momento adecuado, ahora tengo que dedicarme ante todo a mis opos y lo que tenga que venir ya vendrá.

P.D. Aún estáis a tiempo de participar en el "Tema del mes" dedicado esta vez al colegio publicando en vuestro blog mañana alguna anécdota, historia, algo relacionado con el colegio. Para más información, el blog de Maitasun. Yo participo!!

jueves, 3 de junio de 2010

Amigas para esto

Ay! Lo que me acaba de pasar! Aún no me sitúo.

Esta tarde-noche quedé con una amiga a tomar algo al salir de la biblioteca. (Quería escribiros hace tiempo un post sobre ella y así seguro que entenderíais mejor las cosas pero como no lo escribí os hago un resumen: tiene 30 años, es bastante infantil y caprichosa y siempre admiré de ella el valor que tiene para expresar sus sentimientos, si le gusta alguien se lo dice y tan pancha). Entre cañita y cañita empezamos a hablar de A. Ella llevaba tiempo empeñada en que le tenía que mandar un mensaje o llamarlo por teléfono para decirle lo que sentía por él, que me estaba haciendo ilusiones y que sería lo mejor para salir de dudas. Yo admiro la forma que tiene ella de hacer las cosas pero eso no quiere decir que sea lo que yo haga. No tengo tanto valor.

Hoy volvió a insistir para que le dejase el móvil que ella le mandaba el mensaje. Evidentemente le dije que no. Cambiamos de conversación y le enseño una foto que me mandó al móvil un amigo. Le dejo el móvil y se lo queda ... me dice que le va a mandar el mensaje a A. En un principio pensé que estaba de broma. Se lo intento quitar pero se escabulle. Le digo que no se le ocurra mandarle nada, que si quiero mandarlo ya lo mandaré yo. Un poco cabreada ya, me levanto a pagar. Ella sigue con mi móvil. Salgo del bar, ella detrás con el móvil. En todo este tiempo, cada minuto le decía que no se le ocurriese mandar nada porque me iba a enfadar.

Y... os imagináis, ¿no? Lo mandó. Y me enfadé. El cabreo que pillé fue monumental. Yo, que no me gusta dar espectáculos por la calle, me vi discutiendo con ella en plena zona de vinos. Me sacó de mis casillas. Además mi móvil no guarda los mensajes enviados con lo que no sé exactamente qué ponía el sms. Al verme tan alterada le mandó otro pidiéndole disculpas y diciendo que no había sido yo.

¿Os parece normal? Esto son chorradas de quinceañeras. Quise saber qué había puesto en el mensaje, parece que fue algo como: "Querido A: Echo de menos las conversaciones que teníamos y los momentos que compartimos. Me gustaría conocerte más y querría saber si es recíproco." El segundo de disculpas ya ni sé lo que ponía. Además, no sé si aprendió su número o qué hizo pero sé que se despidió de mí diciéndome que ella también le iba a mandar otro de disculpa!!! De verdad que esta niña...

Resultado: A me llamó al poco rato. Me decía que no me preocupara, que no le había parecido mal y que no me enfadase con ella. Después estuvimos hablando de mis opos y de su trabajo, amigablemente, que a ver si quedábamos algún día aquí en nuestra pequeña ciudad, pero yo tenía un cabreo... me da una vergüenza que pasase esto....

martes, 1 de junio de 2010

Adiós Ponferrada

Esta sustitución fue bien cortita. Tres días de clase: viernes, lunes y martes. Ponferrada era un lugar de paso en mis idas a Benavente o a Zamora y siempre me llamaban la atención estos montes que se ven desde allí. Aunque aún queden restos de nieve, hacía muuucho calor. Está situada en un valle rodeada de montañas y será que no corre el aire porque... qué calor!

Como siempre en mis "adioses", no podía faltar esta foto:

Me costó. En las salidas principales no la encontré así que, después de clase, fui por diferentes carreteras hasta que apareció.

Adiós Ponferrada.