Estaba ilusionada con esta escapada de cinco días con mi amiga. Necesitaba desconectar de mi pueblito y de mi familia, reencontrarme a mí misma. Y regreso con un sabor de boca agridulce, no fue posible tanta desconexión.
Lore fue mi compañera de habitación en Santiago durante tres años. De esto hace casi veinte años y desde entonces seguimos viéndonos regularmente. Le encanta Galicia, así que cualquier excusa es buena para pasar aquí unos días. Lore tiene novio desde hace tres años, un novio particular, con una relación también particular de la que destaco que siempre se están "picando", no discuten ni se enfadan pero se "pican", además de que a él no le gusta viajar y a ella le encanta. Ni qué decir tiene que Lore vino sola.
Lore siempre ve el lado positivo de las cosas, siempre está contenta, un problema grave no la asusta más de dos días. Algo que admiro. Con su visión positiva os diría que lo pasamos muy bien. Fuimos a una playa nudista las dos por primera vez (con seguridad para no parecer novatas), nos tomamos unos helados en Cangas que estaban de vicio, un arroz con bogavante en Baiona para chuparse los dedos, pulpo todos los días (es su plato favorito),... y acabamos en Camariñas visitando a otra amiga y degustando unas navajas que de tan buenas repetimos y hasta fotografiamos.
Lore fue mi compañera de habitación en Santiago durante tres años. De esto hace casi veinte años y desde entonces seguimos viéndonos regularmente. Le encanta Galicia, así que cualquier excusa es buena para pasar aquí unos días. Lore tiene novio desde hace tres años, un novio particular, con una relación también particular de la que destaco que siempre se están "picando", no discuten ni se enfadan pero se "pican", además de que a él no le gusta viajar y a ella le encanta. Ni qué decir tiene que Lore vino sola.
Lore siempre ve el lado positivo de las cosas, siempre está contenta, un problema grave no la asusta más de dos días. Algo que admiro. Con su visión positiva os diría que lo pasamos muy bien. Fuimos a una playa nudista las dos por primera vez (con seguridad para no parecer novatas), nos tomamos unos helados en Cangas que estaban de vicio, un arroz con bogavante en Baiona para chuparse los dedos, pulpo todos los días (es su plato favorito),... y acabamos en Camariñas visitando a otra amiga y degustando unas navajas que de tan buenas repetimos y hasta fotografiamos.
¿Y qué opino yo de las vacaciones? Que estuvieron muy bien, engordé un kilo en cinco días de lo bien que comimos y que Lore me desquició por momentos.
En primer lugar cree que estoy sorda o que tengo una coletilla y a cada rato digo "¿qué?" obligando a mi interlocutor a repetir lo que me estaba diciendo, cosa totalmente cierta de la que no me había dado cuenta ni nadie me había dicho nada. Después me rebatía todo lo que yo decía y me "picaba" del mismo modo que hace con su novio. Esto me afectaba y me ponía de mal humor. Se lo dije pero tiene tanta seguridad en sí misma que le daba la vuelta a la tortilla y me confundía aún más.
El arroz con bogavante estaba riquísimo y más aún si no fuese por una discusión sin sentido cuando sacamos el tema de "Granjero busca esposa", programa que me encanta porque nací en un pueblo lleno de granjeros y sé los problemas que tienen para encontrar una mujer, una novia, una esposa como dice el programa. Nuestras visiones eran diferentes y para salir "ganando" sacó un trapo sucio de mi casa que no me gustó lo más mínimo.
Las navajas de Camariñas estaban superiores y más aún si hablando de mi hermana no se refieriese a ella como una inútil, sí con todas las letras, porque estaba comentando que yo dejé caldo hecho para mi padre los días que estuve fuera y las camisas planchadas. Me dolió, mucho, porque una cosa es que yo me quejé de que mi hermana es una vagoneta y otra que la insulte delante mía.
Mi garganta después de cada "intercambio de pareceres" acababa dolorida de forzar la voz, de hacerle ver que había otra interpretación. Me absorbía la energía. Se lo dije tal cual y me dice que los que me absorben la energía son otros (refiriéndose a mi familia). Simplemente no podía con ella. Tenía salida para todo. La última palabra siempre era la suya. No la reconocía. ¿Qué quedaba de aquella mujer que alegraba el mundo a su paso? Me agotó. Llegó un momento que estaba deseando que saliese su bus y descansar. Que discuta con su novio.
Estoy de vuelta en mi pueblito. Mi familia me robará la energía pero no desgasto mi garganta. Experiencias como ésta me hacen valorar más lo que tengo. ¡Ay, qué a gusto me he quedado contándooslo! Iba pensando en recomponerme, en relajarme, en encontrarme a mí misma y llegué peor de lo que iba. Estoy en proceso de recomposición.
En primer lugar cree que estoy sorda o que tengo una coletilla y a cada rato digo "¿qué?" obligando a mi interlocutor a repetir lo que me estaba diciendo, cosa totalmente cierta de la que no me había dado cuenta ni nadie me había dicho nada. Después me rebatía todo lo que yo decía y me "picaba" del mismo modo que hace con su novio. Esto me afectaba y me ponía de mal humor. Se lo dije pero tiene tanta seguridad en sí misma que le daba la vuelta a la tortilla y me confundía aún más.
El arroz con bogavante estaba riquísimo y más aún si no fuese por una discusión sin sentido cuando sacamos el tema de "Granjero busca esposa", programa que me encanta porque nací en un pueblo lleno de granjeros y sé los problemas que tienen para encontrar una mujer, una novia, una esposa como dice el programa. Nuestras visiones eran diferentes y para salir "ganando" sacó un trapo sucio de mi casa que no me gustó lo más mínimo.
Las navajas de Camariñas estaban superiores y más aún si hablando de mi hermana no se refieriese a ella como una inútil, sí con todas las letras, porque estaba comentando que yo dejé caldo hecho para mi padre los días que estuve fuera y las camisas planchadas. Me dolió, mucho, porque una cosa es que yo me quejé de que mi hermana es una vagoneta y otra que la insulte delante mía.
Mi garganta después de cada "intercambio de pareceres" acababa dolorida de forzar la voz, de hacerle ver que había otra interpretación. Me absorbía la energía. Se lo dije tal cual y me dice que los que me absorben la energía son otros (refiriéndose a mi familia). Simplemente no podía con ella. Tenía salida para todo. La última palabra siempre era la suya. No la reconocía. ¿Qué quedaba de aquella mujer que alegraba el mundo a su paso? Me agotó. Llegó un momento que estaba deseando que saliese su bus y descansar. Que discuta con su novio.
Estoy de vuelta en mi pueblito. Mi familia me robará la energía pero no desgasto mi garganta. Experiencias como ésta me hacen valorar más lo que tengo. ¡Ay, qué a gusto me he quedado contándooslo! Iba pensando en recomponerme, en relajarme, en encontrarme a mí misma y llegué peor de lo que iba. Estoy en proceso de recomposición.