martes, 29 de septiembre de 2009

710 km

Teníamos pensado vernos en Ávila pero cuando quise comprar el billete ya no había así que esta vez tocó Medina del Campo.

710 km marcaba mi coche cuando lo dejé en el garaje de vuelta. 710 km para vernos 20 horas, ni un día completo, de las cuales pasamos 10 durmiendo. Cada vez me gustan menos estas locuras. Como le decía a una amiga, se me pasó la calentura.

De nuestra relación hablamos sólo por encima. Me preguntó si seguía pensando lo mismo y le dije que más o menos todo seguía igual. Su respuesta es que tengo que dejar de pensar tanto y tomarme una tila por las noches, que deje pasar tiempo porque las cosas a veces vienen rodadas.

No me convence. La tila la tomo (me haría falta una tila por hora) pero dejar de pensar.... es imposible.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Por fin

Por fin hablé con mi madrileño claramente, por fin le dije que lo mejor era que lo dejáramos. Cuánto me costó!!

Quedamos en Ávila. Me fui en bus, llegué a las 6 de la tarde y allí estuve, esperándolo dos horas. Por el camino me di cuenta que no llevaba pijama así que lo llamé para que me trajera una camiseta suya vieja. Llega y dice que me trae una cosita, un regalo, una camisola y unas zapatillas. Me sentí fatal, si lo supiera no le hubiera dicho nada, con lo que le espera al pobre!

No podía disimularlo, estaba tensa, nerviosa, seria. Mi madrileño enseguida me preguntó que qué me pasaba, me lo puso muy fácil y poco a poco y entre lágrimas fui diciéndole todo lo que pensaba: estamos muy lejos, yo no me quiero ir a Madrid, entiendo que él no se venga para Galicia y creo que es mejor que lo dejemos. Se quedó callado, dolido y me pidió que en un rato no lo molestara. Tumbado en la cama, le pregunté si podía estar a su lado, me dijo que sí y así estuvimos un tiempo, los dos callados, juntos.

Mi madrileño se levanta y va a cerrar la puerta de la calle, me dice que no le apetece cenar, que si quiero que vaya yo pero él se acuesta. Yo me dispongo a hacer lo mismo, eso sí, no pongo su camisola. Me meto en cama y me dice que lo abrace.... se pone a llorar y a preguntarme que por qué.

Qué duro es ver a alguien llorar porque te quiere y saber que no puedes corresponderlo de la misma manera!! Por supuesto que lo abracé, mucho, todo lo que mis brazos daban. Lo que menos quería y quiero es verlo sufrir. Y me abrazó. Y lloramos juntos. Y me volvió a preguntar que por qué. Y le volví a dar mis razones. Y me pidió que me lo volviera a pensar, que me quería mucho, que qué iba hacer sin mí. Y le dije que me lo pensaría. Sus lágrimas, su declaración de amor, sus abrazos, me hicieron dudar (yo tampoco sé qué va a ser de mí sin él). Y dormimos abrazados y dándonos quizás más cariño que nunca. Ahh, y yo con mi camisola nueva.

martes, 15 de septiembre de 2009

Sobrepasada

Madre mía! No sé por donde empezar!! Tengo muchas cosas que contar y ninguna que me produzca alegría.

1. Mi madrileño quiere comprarse billete para venir a Galicia el puente de octubre. Y yo pensando en dejarlo!! Así que me armé de valor y le dije que no lo comprase. Se quedó muy sorprendido, mudo, yo llorando y ya no fui capaz de decirle la verdadera razón. (Por ahora aún no lo compró, a ver si aguanta sin comprarlo hasta que nos veamos para explicarle por fin lo que pienso)

2. Hoy me quedé en el paro. Desde febrero del 2008 estaba dando clase en un cole privado pero por falta de alumnos prescinden de mí. (Mi esperanza está ahora en Castilla y León, el curso pasado me llamaron pero renuncié por tener otro contrato laboral. Este año tocará irse lejos de casita)

3. Aunque no volví a comentar nada sobre mis sesiones de Reiki, sigo yendo cuando me encuentro especialmente nerviosa. Y hoy era uno de esos días y como el primero que fui noté mucho frío en las manos. (A la salida AL me dijo que volvía a estar en un estado importante de nerviosismo, que pensaba demasiado, que tenía demasiadas preocupaciones).

4. Para rematar el día, a eso de las 10 de la noche, como todos los días llegó mi hermano, yo creía que a cenar, pero no, se compró un piso con su novia y hoy, así, sin hablar antes del tema, dice que viene a por las zapatillas, que ya duerme en su nuevo piso. Qué llorera me entró tontamente!!

viernes, 11 de septiembre de 2009

Lo siento mi amor

No sé por donde empezar, quizás porque no hay nada que contar o porque si hubo algo que contar fue hace ya unos días. ¿Pero cómo que no hay nada que contar? Vete de mi lado, pereza!!!

El finde estuvimos por Noia, una villa marinera cercana a Santiago. El hotelito estaba muy bien, con vistas a la ría; el tiempo era agradable, incluso fuimos a la playa (a ratos sola porque a mi madrileño le gusta más el chiringuito que la arena) pero.... yo no soy la misma. Como muestra lo siguiente:

Mi madrileño es mucho de cantarme cositas con doble sentido y este finde tocó el estribillo de la canción No puedo creer que es verdad (aquí versión de Alba Molina), que dice:
Te quiero mucho,
y bien compréndelo de te quiero mucho,
con toda intensidad te necesito,
te digo la verdad..
Te quiero mucho
y pido sin cesar que no me dejes,
hoy que ya te encontre pues quiero amarte siempre,
Y quiero amaarte..



Pues bien, mientras tanto, yo pensaba para mis adentros en la canción de la gran Rocío Jurado, Lo siento mi amor. Y ahora buscando la letra, me apasiona el estribillo, lo dejo aquí.

Hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo,
que mi cuerpo no tiembla de ganas a verte encendido,
y tu cara, y tu pecho y tus manos parecen escarcha
y tus besos, que ayer me excitaban, no me dicen nada
Y es que existe otro amor que lo tengo callado, callado
escondido y vibrando en mi alma, queriendo gritarlo
Ya no puedo ocultarlo, no puedo callarlo, no puedo,
y prefiero decirlo y gritarlo a seguirte fingiendo
Lo siento mi amor, lo siento,
lo siento mi amor, lo siento

Pero aquí en la canción de Rocío Jurado existe otro amor, ¿será que yo tengo otro amor? La respuesta en próximas entradas.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Se complica

Se complica el hablar con mi madrileño. El lunes por la mañana no trabaja así que se pilló un avión para el sábado por la tarde y se va el lunes.

Esto que tendría que suponer una alegría para mí, es en realidad un motivo de agobio. No me parece oportuno hablar del tema ahora que hace el esfuerzo de venir aquí.