jueves, 26 de noviembre de 2009

A Burgos me voy

Mañana me voy a Burgos a ver a una amiga. Tengo ganas de verla. No está pasando por un buen momento. Su novio pasa bastante de ella, de siempre lo vi y ella está empezando a darse cuenta ahora. A ver si consigo animarla un poco. Yo siempre vi claro que no tiene futuro con él, pero, ¿cómo decírselo cuando ella estaba contenta así? y ahora... ¿le digo claramente lo que pienso? Sé que le va a doler.

Hoy tengo un día raro. Me siento mal por muchas cosas. Entre ellas porque me di cuenta que suelo decir sólo la parte negativa de la gente. Y me duele. Tengo que rectificar. Creo que lo bueno es darse cuenta de ello para cambiar.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Mis hermanos

Además de mi hermana, tengo dos hermanos chicos. F, de 34 años (dos años menor que yo) y C, de 26 (diez años menor).

F tiene una capacidad de trabajo envidiable además de ser muy inteligente. Resultado: fue el número 1 de su promoción y ahora es profesor en la Universidad. Tiene novia desde hace 7 años. Este año se fueron a vivir juntos. Sabía que en septiembre les daban su piso y que se iban a vivir juntos pero llegó septiembre y seguía en casa. Yo no le preguntaba esperando a que él dijera algo. El día 15, lo recuerdo exactamente, llegó a casa sobre las 10 de la noche, le pregunté si había cenado y me dice que no, que viene a por las zapatillas y el pijama que se va a dormir con su novia. ¡Qué llorera! Se iba de casa y yo, cual madre postiza, sentía que lo perdía.

C siempre fue mi preferido. Cuando nació yo tenía diez años. Me encantaba cuidarlo, fue mi muñequito real. Le cambié pañales, lo dormí en su cunita cantando nanas, le di biberones,... Lo mimé. Cuando mi madre murió tenía 16 años y me propuse que su vida tenía que seguir lo más normal posible (para él y para todos).

Tengo con él una relación especial. Es muy cariñoso. Me hacía cosquillas cuando estaba haciendo la comida o fregando y ahora casi no tengo. Me venía a dar besitos o me ponía la cara para que se los diera. Hablo en pasado porque ahora ya no es tan cariñoso, tiene novia desde hace cuatro años y ahora creo que es ella la de los besos.

Trabaja en otra provincia durante la semana y los fines de semana empezó a poner escusas o me decía claramente que lo disculpase delante de mi padre porque se iba a dormir con la novia. Desde enero ya sólo viene a casa a comer. Porque sí, mis hermanos son muy guays, viven con sus novias pero el fin de semana vienen a casa a comer y sin ellas. Somos así de raros, no llevamos los novi@s a casa. Quizás por respeto a mi padre o porque mi padre es muy serio.

martes, 24 de noviembre de 2009

Mi hermana

Hoy le toca el turno a mi hermana. La marquesa. Así es como la llama mi padre y esta palabra ya dice mucho de su actitud en casa, porque mi padre no hará nada pero ojos tiene.

Trabaja a turnos: una semana de mañana, una de tarde y otra de noche. Si trabaja de mañana, sale a las 3 con lo que cuando llega y estoy yo ya tiene la comida hecha. Si trabaja de noche duerme toda la mañana, se levanta a las 3 y ya tiene la comida hecha. Si trabaja de tarde entra a las 3 pero mira tú por donde que siempre tiene algo que hacer, que si se apuntó a un máster, que si tiene que ir a clase a la facultad (está estudiando su tercera carrera y ya no sé si estudia porque le gusta o porque así se libra de hacer las cosas de casa) .¿Y quién hace la compra? ¿Y la comida? Servidora.

La comida tiene su hora y bueno, vale, vamos a perdonarle, la marquesa está menos libre que yo, pero.... la lavadora y la secadora no tienen hora fija, ¡bien!, puede poner lavadoras y secadoras, recoger la ropa, doblarla,... pero... es que no se da cuenta! ¿Y quién me lo dice a mí? ¿Por qué me doy cuenta yo sola?

Lo mismo pasaba con la plancha y con la limpieza hasta que un día me harté y propuse contratar una persona para que lo hiciera pagándole entre los de casa. Estuvimos todos de acuerdo y yo la que más.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Mi padre

Llevo unos días pensando que para entender este blog, para entender mejor mi vida, es mejor que cuente cómo es mi familia, que, por otro lado, es la que protagoniza ahora la mayoría de mis pensamientos. Y voy a empezar por mi padre.

Mi papi tiene casi 70 años. Hace una vida completamente normal, a pesar de sus achaques, es diabético insulinodependiente, tiene un marcapasos,... Pero está bien, muy bien.

Es un hombre a la antigua, no sabe cocinar ni lo intenta. Eso sí, se prepara su desayuno y lo recoge, todo un logro. Siempre tuvo una mujer a su lado que se lo hiciera todo, pasó de depender de su madre a depender de su mujer y ahora de su hija, de mí, porque mi hermana... da para otro post. Es dependiente hasta el punto que tengo que estar pendiente de su ropa que sino está con el mismo pantalón y el mismo jersey sabe dios cuánto tiempo. ¡Y menos mal que de camisa se cambia sólo!

Por su diabetes, necesita una comida adecuada y, sobre todo, quiere tener siempre un plato de sopa, caldo, lentejas,... (algo de cuchara) para comer y para cenar. ¿Y quién es la cocinera en casa? Servidora.

Su gran pasión es viajar. Es socio de varias asociaciones y se va de viaje con todas ellas. No perdona además sus dos viajes al año con el Imserso. Y si alguno de sus hermanos le dice de ir a tal o cual sitio, va. Precisamente acaba de llegar de un viaje de 10 días a un balneario. Y descansé de hace caldos.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Vida sana

Este mes empecé a ir al gimnasio. Mi amiga Pau es la culpable. Llevaba desde septiembre intentando convencerme de que me apuntara pero yo me negaba. Después de ir a un curso, en octubre, donde nos hablaron entre otras cosas de ansiedad y nos recomendaron el ejercicio físico como una forma de combatirla empecé a pensar: "¿por qué te niegas?, prueba." Y probé. Y bien, estoy contenta.

Además de la ansiedad, me sobran (muchos, como 15) kilos así que mataba dos pájaros de un tiro. Pero no. Después de tres semanas puedo decir que una hora y media diaria de gimnasio no adelgaza. Me siento mucho mejor y noto el cuerpo diferente pero ni un kilo menos. ¿Por qué? Porque mucho gimnasio pero también mucho chocolate, pan, turrón, heladitos mini,... Todo muy dietético.

Hoy dije basta. Empiezo dieta. Una dieta sana. Comer de todo pero de todo poco. Vida sana.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Psoriasis guttata espalda

Arriba una foto de mi espalda el 16 de junio, en plena ebullición, abajo el 14 de julio.

Psoriasis guttata cuello

Mucha gente llega a mi blog buscando psoriasis guttata. En su día hablé de ello aquí. Este post lo escribo para animar a todos aquellos que pasen por lo mismo. En mi caso no quise echarme corticoides en pomada por todos los comentarios que vi en diferentes foros.

Todos mis allegados aún están hoy asombrados de lo bien que lo llevé. Lo peor para mí fue que empezaba el verano y estaba llena de marcas. Puedo deciros que hasta septiembre no me puse escotes ni tirantes ni faldas o pantalones cortos.

Hoy estoy bien, se me notan algunas marcas pero sé que con el tiempo irán pasando. Mi mayor temor es que me vuelva a aparecer. Toquemos madera.


Así estaba el 2 de junio, recién enterada de que tenía psoriasis guttata.
Esta foto es del 26 de junio, las manchas están más grandes. Por esos días tuve una cena en mi cole y, ¿qué te pones cuando tienes así el cuello? Un pañuelito.
Esta foto es del 17 de agosto, cada vez se me notan menos las marcas, creo que la playa fue una buena ayuda.

Hoy, mis marcas no se notan al hacer una foto. Sí se me notan si me ducho en agua muy caliente o con el frío.

martes, 17 de noviembre de 2009

Otro día

Hoy fue otro día. Muchas gracias por vuestros ánimos. Después de escribir el post de ayer y de haber llorado hablando con mi madrileño, ya en cama, pensando, reflexionando, me vino a la mente algo que se decía (más o menos) en una peli que vi hace poco: "500 días juntos" (un tostón, por otro lado), "no pienses en las cosas buenas que pasaron, piensa en cómo fueron realmente". Y... las cosas no iban como a mí me gustaría.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Hoy

Hoy no fue un buen día para mí. Me levanté como de mal humor, cosa rara en mí. Por la mañana tenía que ir a varios organismos a arreglarle unos asuntos a mi hermano. Cosa de papeleos. Pide esto allí, mándalo por fax a este número, hazle unas fotocopias y entrégalo en este otro lado. Sencillo. Pero me costó ponerme en marcha. Me cuesta hacer estas pequeñas cosas cuando no me encuentro bien anímicamente. Me parece como que no voy a ser capaz. Y hoy era un día de esos.

También es verdad que hoy tuve en mi cabeza todo el día a una persona: mi madrileño. Se operaba de cataratas. Desde hace un mes sólo hablamos de vez en cuando por el messenger. Ayer no entró y no sabía a qué hora lo operaban, le mandé un sms deseándole suerte y dándole ánimos. Hoy no sabía si llamarlo, si mandarle un sms.

Después de mucho pensarlo lo acabo de llamar, salió todo bien. Y yo volví a llorar. Hacía un mes que no oía su voz. Me gustó oírlo, contándome la operación, tan atento y amable como siempre. No pude evitar emocionarme, nada más oír sus primeras palabras. Supongo que es normal. Le sigo teniendo mucho cariño.

Ahora me pregunto que por qué lloro. Por los buenos momentos que pasamos juntos. Porque fue el primer hombre que me quiso y al que quise. Por toda la confianza que tuvimos. Por todo el cariño que me daba. Por lo pendiente que estaba de mí. Porque lo echo de menos. Sí, lo echo de menos, más en plan amigo que como pareja.

Mañana será otro día.

sábado, 14 de noviembre de 2009

De curso

Ayer tarde y hoy por la mañana estuve en un curso puntuable para oposiciones. Era sobre nuevas tecnologías. Interesante a ratos. El ponente, un profe de música, estaba puesto en el tema. A primera vista, lo que más me llamó la atención, fue su vestimenta. Ayer venía con su pajarita, chaleco a juego y traje. Hoy con corbata, chaleco a juego y traje. Cuando dijo que era profe de música me recordó a un director de orquesta.

Usaba un latiguillo cada dos o tres frases: "En consecuencia", además de decir unas cuantas lindeces para hacerse el gracioso, léase: "Con este micrófono me siento como en una tómbola, me falta la muñeca chochona", "después haremos un descanso de 5 minutos para que sean 10, no más, que os dé tiempo a fumar el cigarrito, hacer pis o caca", "¿cómo distinguir un cable macho de un cable hembra? Las hembras tienen agujeritos y los machos tienen pinchitos."

El curso iba dirigido tanto a profes (o aspirantes) de secundaria como de primaria. La mayoría, si estábamos allí, era porque puntuaba para las oposiciones que sino... Y eso se notaba en el desinterés de la gente que se convertía por momentos en mala educación: suenan teléfonos móviles (¿para qué está el modo silencio?), la gente se levanta y se va en medio de la charla y una cosa que no soporto, que es conversaciones en grupitos, que generan un murmullo que a mí me haría desconcentrarme totalmente si soy el director de orquesta. ¿Y si así nos portamos los profes, qué les vamos a exigir a los alumnos?

Al final de la charla, organizada por un sindicato, nos hablaron de las opos. Aún quedan dos convocatorias con este mismo tipo de examen (sin parte práctica) y parece que en Galicia en secundaria es probable que no haya en muchas especialidades, incluída Matemáticas. Pero... son rumores por ahora!

viernes, 13 de noviembre de 2009

Y sino, aliada

Como dije en mi entrada de ayer, mi madre era profe y también fue mi profe. Hasta 5º de EGB era maestra en una escuela unitaria, que para quien no lo sepa, era una escuela donde estábamos todos los niños en una misma clase (desde parvulitos hasta 8º) y con una misma maestra que nos daba todas las asignaturas.

La escuela se cerró y mi madre y todos los niños nos fuimos a un grupo escolar donde ya estábamos repartidos por cursos y teníamos más de un profe.

Lo de que tu madre sea tu profe era un poco rollo, no sabía cómo tratarla (hace 25 años tratábamos a los profes de usted), no sabía cómo llamarla (profe, mamá, doña M, porque sí, los niños llamábamos a los profes don y doña).

Así que cuando nos fuimos para el nuevo cole estaba contenta, iba a tener otra profe, doña Isabel. Era una gran profe, sacó de mí muchas cosas buenas, escribía cuentos y poesías con los que gané algún premio, peleó para que dibujase,... Doña Isabel era "aliada", así era como mi madre definía su situación; era monja aunque no estuviese en un convento ni vistiese hábito.

Hoy me la encontré por la calle. Desde hace unos años cada vez que me la encuentro me hace proposiciones para que vaya a sus reuniones, para que forme parte de grupos católicos,... Y eso a pesar de que ya en otra ocasión me preguntó si estaba en mi mente formar una familia o si sentía que Dios me llamaba. Evidentemente le dije que quería formar una familia pero sigue sondeándome cada vez que me ve. O sola o con mi hermana. ¿Qué puede pensar ella? Nunca me vio con mi madrileño, si ella supiera... Menuda aliada sería yo.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Ahí, ay, hay

Siempre escribí sin faltas de ortografía y es algo en lo que me fijo. Ya desde pequeña. Con 11 ó 12 años mi madre, que era profe de Lengua, me dejaba corregir las faltas de ortografía de los exámenes o trabajos. Más tarde, en 1º de BUP, tuve un profe que era muy exigente con la ortografía y con el que no tuve problemas. Hoy, leyendo una frasecita de las que se ponen en el messenger para comentar tu estado, con faltas (y no era mi madrileño), me vino a la mente una frase que decía para distinguir entre ahí, ay y hay: "Ahí hay un hombre que dice ¡ay!"

Veamos:
  • Ahí: adverbio de lugar.
  • ¡Ay!: exclamación.
  • Hay: del verbo haber.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Procrastinación

Este era el aspecto de mi armario hasta esta tarde. ¿Cómo podía alguien (yo) encontrar algo para ponerse? Difícil. Ropa de invierno y verano mezclada, ropa de deporte,...

Llevo como dos meses, o quizás todo el verano diciendo que tengo que arreglar el armario y por fin esta tarde lo ordené.

¿Y cómo si llevo dos meses en paro no lo hice antes? Pues... ya lo haré mañana. Eso tiene un nombre (raro) PROCRASTINACIÓN: acción o hábito de aplazar situaciones que uno debe atender por otras más irrelevantes y agradables.

Si es que ya nos dicen desde pequeños: "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy", pero oye, soy procrastinadora en casi todos los aspectos de mi vida, si hasta empecé a andar con 18 meses.

Echando un ojo a lo que se dice en Internet sobre la procrastinación ya me está preocupando. "La procrastinación como síndrome que evade responsabilizarse posponiendo tareas a realizar, puede llevar al individuo a refugiarse en actividades ajenas a su cometido. La costumbre de procrastinar, si bien no se ha demostrado cabalmente, puede generar dependencia de diversos elementos externos, tales como navegar en internet, leer libros, salir de compras, comer compulsivamente, o dejarse absorber en exceso por la rutina laboral, entre otras, como pretexto para evadir alguna responsabilidad o decisión." Wikipedia dixit.

Qué peligro! Me veo reflejada en algunas cosas. Pero bueno, no nos asustemos, organizar la agenda, programarse y establecer prioridades son las claves para superar la procrastinación y comenzar a superar nuestras inseguridades.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Conversación post-carta

Ayer, por fin, después de mucho pensármelo, aprovechando que mi madrileño me habló por el messenger le hablé de la carta.
  • Yo: Te escribí una carta, bueno, un mail, ¿quieres que te lo mande?
  • Mi madrileño: Sí, claro. (Después de 10 minutos) Gracias.
  • Yo: No tienes porqué dármelas.
  • Mm: Bueno, ahora no sé si te las tengo que dar o no.
  • Yo: Pues no sé, no sé si algo te parece mal o qué.
  • Mm: Es que no estoy para pensar mucho ahora.
  • Yo: No pasa nada, no tienes que decirme nada si no quieres.
  • Mm: He estado muy agusto y me arrepiento de tantas broncas.
  • Yo: ¿Broncas?
  • Mm: Tampoco era quien para echarte tantas broncas.
  • Yo: Pues no las recuerdo. no te arrepientas, yo no me quedo con esa sensación, no eran broncas, por lo menos yo no lo vi nunca así. Creo que eran consejos, por lo menos yo me lo tomé siempre así.
  • Mm: Bueno, me alegro. Y no me costaba nada ir a verte, en absoluto, y este mes de agosto he estado acostándome a las tres de la mañana y me daba rabia ir a verte y estar que no me tenía en pie.
  • Yo: Lo sé, me lo decías y tampoco te lo eché en cara ni quiero echártelo. Creo que por algún lado tenía que flaquear la cosa.
  • Mm: Pues sí, pero eso te ha ayudado a tomar la decisión, no?
  • Yo: En cierta forma sí.
  • Mm: Pero por qué?
  • Yo: Porque creo q tú eres así, que quieres atender a muchas cosas a la vez y yo sufría por ver q estabas tan cansado.
  • Mm: Pero no tiene que ver una cosa con otra.
  • Yo: Ya, pero tú eres así, no vas a cambiar.
  • Mm: No, no lo creo, si tú hubieras estado aquí, piensas que hubiera hecho lo mismo???
  • Yo: Quiero creer que no.
  • Mm: Aah, vale. No sé, no te puedo decir otra cosa. Me da mucha pena pero es que no puedo hacer otra cosa sinceramente y entonces intento olvidarlo.
  • Yo: Normal. Yo también estoy más tranquila. Y bueno, te escribí la carta no sé pq, un poco pq supieras lo q pensaba.
  • Mm: Me parece bien. Pero al final pasabas de mí. Y el fin de semana ahí no me gustó mucho, parece que querías que fuera para que viera.
  • Yo: Qué??? Pues claro que me apetecía que vinieras. Y no te obligué, creí q a ti tb te apetecía venir. Simplemente q eran las fiestas y a mí claro q me apetecía estar contigo en ellas.
  • Mm: Sí, pero no debería haber ido. Ya da igual.
  • Yo: Pues sí que no entiendo. ¿Pasé de ti estando aquí?
  • Mm: Que no, estabas igual que siempre, no sé, igual un poco más distante, con desgana.
  • Yo: Ese fin de semana precisamente no, estaba encantada. Y no era eso precisamente lo q pensaba, pensaba q me estaba enamorando otra vez, eso era lo q pensé esa noche. El año anterior en las fiestas salí y a las 3 me tuve q ir llorando para casa pq echaba de menos q no estuvieras a mi lado y este año te tenía, estaba encantada. A mí si me chocó q vinieras pensando en dejarlo.
  • Mm: No sabía, pero ya viendo la cosa, me tuve que hacer a la idea.
  • Yo: Bueno, mira, da igual, pero yo no considero q estuviera distante contigo esa noche, ya te digo, estaba encantada. En otros momentos puede ser, pero esa noche no.
  • Mm: Olvídate de esa noche, no sé, sería mi imaginación.
  • Yo: Es que de verdad que no, por eso que no entiendo.
  • Mm: No te preocupes, no pasa nada, de verdad, que a lo mejor son cosas mías.
  • Yo: Pues no sé, no me gusta que te quedes con esa impresión, pero bueno, qué le voy a hacer. Venga, guapo, yo me voy para camita. (Si es que son las 00:50, este hombre sigue como siempre sin descansar, que se vaya para cama por favor, me gustaría seguir hablando de la carta pero es que... no quiero ser yo la que lo entretenga)
  • Mm: Venga, ya hablamos otro día.
Puede que sea un poco larga la conversación pero la guardé porque me apetece saber exactamente lo que me dijo.