viernes, 30 de octubre de 2009

La carta

Esta es la carta que le quiero mandar a mi madrileño. No pude evitar llorar cuando la escribía. Supongo que es normal.

Esperaré a mandársela. Ahora viene el fin de semana e igual no es oportuno. ¿Qué os parece, fieles lectores?


¿Qué tal? ¿Cómo te va todo?
Supongo que te sorprenderá recibir noticias mías por mail pero me apetece hacerlo. Ya cuando estuviste aquí te dije que me costaba decirte todo lo que pienso y que prefería decírtelo por escrito. Ahora, con el tiempo, tengo también todo más claro y puede que sea el momento. Escribo esto sin ningún rencor hacia ti.

La distancia es dura y muy culpable de nuestra ruptura. Estoy muy apegada a mi tierra y a mi familia como tú sabes y aunque mi deseo era estar contigo no podía ni quería dejar de lado todo esto. Como creo que te dije nunca dudes de todo lo que te quise, mucho, ni de que no pensara estar más tiempo contigo, me encantaba la idea de tenerte a mi lado todos los días. Pero, ¿cómo?, yo necesito estar por mi casa si no todos los fines de semana sí cada dos. Y en vacaciones por supuesto. Madrid no está cerca. Son 500 km. Nunca fui tan consciente de que era un obstáculo la distancia hasta que me planteé irme.

El verano fue muy duro para mí. Sabía que en septiembre se acababa mi contrato, ¿y después?, ¿qué rumbo tomar?, ¿dónde buscar otro trabajo?

Poco a poco fui notando que algo me separaba de ti. Sufría por ti. Te imaginaba a mediodía, con el calor que hace ahí, corriendo de un lado para otro, todo el día trabajando. Y llegaba la noche, hablábamos, tú cansado. Normal. Y te acostabas tarde, con lo cual tu cansancio se iba acumulando. Y yo sufría porque no te quería ver así, sin que le pusieras remedio. Y aunque te decía que te acostases pronto, que descansases, no lo hacías, quizás porque no sabías todo lo que yo estaba pensando. Sabes que no es mi estilo echar broncas ni enfadarme. Lo sufría en silencio, pero todo esto me iba alejando de ti.

Te veía tan cansado que me parecía que lo que tenías que hacer el fin de semana era dormir, descansar, no quedar conmigo. Por eso esperaba dos horas en Arévalo sin decirte cómo me haces esperar tanto, porque me apetecía verte y porque pensaba que para ti tenía que ser un "sacrificio" después de tu semanita, coger el coche y venirme a ver. Recuerdo un mensaje que te mandé el segundo día que nos vimos, en Astorga, donde te decía que por uno sólo de tus abrazos había merecido la pena el viaje. Y así siguió siendo. Por uno sólo de tus abrazos iba a verte.

Llegó un momento en que no podía más, yo también estaba cansada aunque no trabajase ni la décima parte que tú. Mi cabeza pensaba demasiado y no encontraba una solución. Y te lo tuve que decir. El otro día me decías que por qué había tardado tanto en decírtelo. Porque te quería, porque me sentí más querida que nunca, por todo el amor que me dabas, por cómo me cuidabas, por miedo, porque quería encontrar una solución, porque no quería hacerte daño, por... tantas cosas.

La primera vez que te dije de dejarlo me preguntaste que quien me había ayudado a tomar la decisión. La tomé yo solita, me llevó tiempo, aún ahora muy poca gente sabe que lo dejamos, ¿para qué?, ya se enterarán, ya se lo diré. Enseguida me dirían de salir y no tengo aún ganas. Antes se tiene que cerrar la herida.

Otra cosa que me dijiste es si había alguien más, nunca lo hubo pero tú, no sé por qué, pensabas que sí. Pues no. Ni habrá por el momento. Tengo la herida reciente. Aún echo de menos tus abrazos.

Sabes que siempre me diste muy buenos consejos, que si la bolsita de agua caliente, que si camisetas para tapar los riñones, ... Mi gran consejo, con el que me gustaría que te quedases, es que descanses más. Ahora eres joven y aguantas pero puede que llegue un día en que tu cuerpo diga hasta aquí. A ver si eres capaz de cumplirlo. Yo ya sabes que el de las cenitas no soy capaz, es sólo una sugerencia.

Espero que no te ofenda esta carta. No es mi intención. Por todo lo que te quise y te quiero te deseo todo lo mejor. No tengo nada malo qué decir de ti. Eres muy buena gente, educado, guapo, cariñoso, atento, amable, ... Enseguida encontrarás "repuesto" si no lo encontraste ya. Yo espero no tardar otros 35 años en que alguien me abrace.

Te quiero. Siempre estarás dentro de mi corazón. Y espero que por todo el cariño que nos tuvimos podamos seguir conservando una amistad.

Más messenger

Mi madrileño sigue entrando en el messenger muy a menudo. Y yo estoy como no conectada viendo sus idas y venidas. Ayer, a la 1:40 de la madrugada seguía conectado y... (una que es débil) no pude aguantarme sin hablarle:
  • Yo: Venga pa camita!! (Si van a ser las 2 de la mañana y a las 7 te levantas!!)
  • Mi madrileño: ¿Qué tal? Me voy ya.
  • Yo: Nada, voy a cerrar esto ya, que ya acabó Gran Hermano. (Sí, veo GH, desde siempre, me gusta, aunque mucha gente no lo entiende)
  • Mm: Ahh. Bueno, y qué tal?
  • Yo: Pues aquí andamos, tirando. ¿Y tú qué tal?
  • Mm: Aquí, también tirando. No me puedo quejar.
  • Yo: Bueno, no te entretengo. Otro día hablamos.
  • Mm: Como quieras. Chao, descansa.
  • Yo: Un beso. Ciao, ciao.
Hoy, a la 13:30 volvió a entrar en el messenger. Ayer, mi más antigua seguidora, Sara, me decía en un comentario que tal vez no busca a otra, que me busca a mí. Muchojose también me decía que no tenía por qué estar buscando a otra. Yo sigo pensando que sí. ¡Qué le voy a hacer! Me duele pero también sé que aunque me estuviera buscando a mí yo no le puedo corresponder. Estoy bien así. Volver sería alargar una situación que sólo me traía sufrimiento, angustia, ansiedad. De todos modos estoy pensando en escribirle algo para que sepa todo lo que pienso. Os lo haré saber.

jueves, 29 de octubre de 2009

Llamadas (inexistentes)

Desde el puente del Pilar en que lo dejamos mi madrileño y yo (¿nos dejamos?, ¿lo dejé?, ¿me dejó?, qué más da!) la primera semana lo llamaba todas las noches como de costumbre.


La última vez que hablé con él fue el sábado 17 de octubre. Esa vez me llamó él. A partir de ese día ni lo llamé ni me llamó. Sí hablamos otros dos días a través del messenger.

Yo siempre que estoy en el ordenador tengo el messenger "funcionando", pero como no conectada. Esto me permite por un lado saber quién entra y por otro hablar con quien yo quiera nada más. Mi madrileño lo sabe y antes, cuando estábamos juntos, si entraba siempre me hablaba, si no le hablaba yo.

Este lunes me habló:
  • Mi madrileño: Buenas, estás?
  • Yo: Hola, sí estoy. Qué tal?
  • Mm: Bien y tú?
  • Yo: Bueno, a veces bien y a veces mal.
  • Mm: Jo, ¿no te han llamado de las listas? (Serás..., estoy mal por nuestra ruptura, porque aún está reciente la herida y lo sabes. ¿Por qué quieres evitar el tema? Yo preferiría hablarlo aunque soy tan cobarde que no lo hago, puede que te esté pasando lo mismo)
  • Yo: No. (No puede ser, se está haciendo el sueco)
  • Mm: Y como van las listas? (Se reafirma, para él estoy mal porque no tengo trabajo, que también)
Conversación sobre su familia, sobre la mía, sobre el tiempo...
  • Yo: Bueno, voy a cerrar esto.
  • Mm: Venga, descansa, hablamos, vale. Besos. (Anda, hasta hoy no me di cuenta de eso de hablamos, mira, hice bien, guardar la conversación)
  • Yo: Y tú. Ciao ciao. Besos.
Esto fue el lunes y el resto de la semana Mm entró al messenger todas las noches. Ni le hablé ni me habló. Ayer entró a mediodía, cosa rarísima teniendo en cuenta lo apurado que anda siempre. Me dio la impresión de que está buscando "repuesto", una compañera de fin de semana. Antes entraba una vez a la semana, no más, y ahora tan a menudo...

Le deseo todo lo mejor, conmigo nunca se portó mal. Me duele que ande ya buscando a otra, si es que está. Yo aún tengo la herida sin cicatrizar. Aún echo de menos sus abrazos.

sábado, 24 de octubre de 2009

De libros y webs

Esta mañana estuve en un curso destinado a profesores. Nos recomendaron unos libros y unas webs que creo que pueden ser de interés. Se me ocurrió apuntar sus títulos en lo que tenía más a mano, el periódico, que tarde o temprano acabará en la basura. Y ahora también se me acaba de ocurrir que igual era una buena idea ponerlos en el blog. He aquí:

La ansiedad. Claves para vencerla de Antonio Cano Vindel, profesor de Psicología en la Universidad Complutense de Madrid. De su curriculum de la UCM me quedo con: "Su investigación se ha centrado especialmente en la medida y expresión de la emoción, el estudio de las relaciones entre cognición y emoción, así como las relaciones entre emociones y salud."


Inteligencia emocional de Daniel Goleman. Goleman fue el que popularizó este término de inteligencia emocional y dice que se puede organizar en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación y gestionar las relaciones.


El arte de las relaciones personales de Miguel Silveira. El autor tiene su propia página web donde, por ejemplo, aparece un vídeo suyo dando una conferencia, además de un blog.





Y unas cuantas webs:
A ver si empiezo por leerme algún libro y echar una hojeada a las webs. ¿Habéis leído alguno?

jueves, 22 de octubre de 2009

Me cuesta tanto olvidarte

Muchas veces asocio situaciones de mi vida con canciones, fue lo que me pasó hoy. De repente me vi tarareando "Me cuesta tanto olvidarte". Aquí dejo un vídeo de esta canción versionada por Ana Torroja y David Bisbal.



Ayer hablé con él por el messenger, sólo quería preguntarle por su cita con el médico. Y así, sin ni siquiera oír su voz y en sólo dos minutos de conversación, tan atento como siempre, me entró una llorera que para qué. Si antes sólo veía sus defectos, ahora me acuerdo más de sus virtudes, de lo bien que me trataba, que me entendía, de cómo se preocupaba de mí.

Se puede entender por qué me vino a la mente esta canción, no?

sábado, 17 de octubre de 2009

No nos vemos

Después de escribir el post de ayer llamé a mi madrileño. Estaba viendo flamenquito en directo (otra de las cosas que no teníamos en común, a mí el flamenquito...) en algún local de la capital. Le pregunté si nos íbamos a ver este finde y se quedó sorprendido. Él daba por supuesto que no. Y así quedamos, en que no nos veíamos este finde. Pero... al cabo de media hora recibí un mensaje suyo:

  • Mi madrileño: Creo que es lo mejor para los dos, no?
  • Yo: Sí, puede que sí.
  • M: Puede?
  • Yo: Sí, quiero pensar que sí. Creo que sí.
Esta mañana me llamó. Me decía que si quería que quedábamos pero que no sabía para qué. En cierto modo creo que tiene razón así que se la di.

Me echó en cara que tardara tanto en decirle que quería dejarlo. Entendió que yo quería estar segura del paso a tomar.

viernes, 16 de octubre de 2009

Dejar de vernos

Mi madrileño vino por fin a las fiestas y después de tanto lío nos quedamos en casa de mi hermano. Una vez aquí estaba contenta por tenerlo a mi lado, tan atento como siempre, tan cariñoso como siempre. Y yo acompañada de cenita y copichuelas con mis amigos. Por una vez podía sentir lo que era estar con ellos en mi territorio y con él a mi lado. Tan contenta estaba que para mí pensaba que me iba a volver a enamorar.

Pero... mi madrileño una vez que estuvimos sólos me dijo que igual era mejor dejar de vernos y ahí empezaron mis lloros. Era algo que en muchos momentos deseé pero ahora las cosas cambiaban, era él el que me lo decía y no yo.
Cuánto lloré!!

Por la semana ya no recibí ninguna llamada suya. Yo lo seguí llamando todas las noches, como siempre, pero él está muy cortante. No hablamos nada de si nos vamos a ver este fin de semana, hoy es viernes, le comentaré algo. Puede que no nos veamos este finde. ¿Y los siguientes? Chi lo sa?

viernes, 9 de octubre de 2009

Piso por días

Y ya pasó otro fin de semana, esta vez tocó por Ávila y Madrid. Mi madrileño estaba de cumple, con lo cual no quería aguarle su día, pero me cuesta cada vez más ser cariñosa con él.

Y este finde toca Galicia, estamos de fiestas y aunque no me apetece demasiado viene mi madrileño. El problema surge a la hora de dormir, como hasta esta semana no compró los billetes y no tenía claro si iba a venir o no, cuando llamé para reservar hotel estaban todos ocupados.

Y se me vino a la mente una vez que mis hermanos se fueron un fin de semana a Madrid que alquilaron un piso por días (hay webs para alquiler por días en la capi). Buscando en internet no vi nada parecido para mi ciudad, pero... se me ocurrió la idea de mandar un mail a los pisos en alquiler para ver si alguien aceptaba mi propuesta. Me puse manos a la obra y les mandé un mail que decía:
Estuve buscando hotel y están todos llenos, por eso se me ocurrió si le podía interesar alquilarme el apartamento por unos días. En Madrid sé que se alquilan apartamentos por días, semanas, etc. Aquí no encontré nada parecido por internet pero pensé que a algún particular le podía interesar.
Decir también que somos personas adultas y responsables y que al piso no le va a pasar nada.
Precio a convenir.

Muchas gracias.


Pronto empecé a recibir respuestas:

Le agradezco su interés pero nuestra intención es alquilar por un largo plazo.
Saludos.


Hola:
Solo para decirte que ya lo tengo alquilado.
Gracias.

Muchas gracias por la propuesta de alquiler por días pero mi interés es si se posible a largo plazo no obstante repito el agradecimiento.



Y así me hallo, sin saber dónde vamos a dormir. En mi casa no me apetece porque está mi padre y para qué. En mi pueblito... si vamos a irnos de fiesta y beber unas copichuelas, después tengo que coger el coche... y por el día también puede ir mi padre. En casa de mi hermano que muy amablemente me ofreció no quiere ir mi madrileño, dice que para que vamos a ir a casa de mi hermano teniendo mi casa.

viernes, 2 de octubre de 2009

Me preguntaba mi madrileño ayer qué íbamos a hacer este fin de semana. No sabía muy bien qué decirle. Me dice que si me apetece ir hasta Madrid. Ante mi tardanza en responderle, me dice que no me apetece nada. Le digo que tiene razón, que en ese momento no pero que ya me vendrán las ganas. Se quedó hecho polvo. Hoy ya no me llamó por la mañana. Ni después de comer como hacía otras veces.

Qué triste!! Lo echaba de menos así que lo llamé. Triste también estaba él. Me dice que cómo quiere que esté. Le dije que sí quiero verlo pero... ahora es él el que no quiere. Trataré de convencerlo esta tarde-noche. Además el fin de semana que viene, el puente del Pilar, hay fiestas en mi ciudad, estuvo a punto de comprar el billete varias veces y le dije que no, que esperara. Me da la impresión de que tampoco querrá venir.

Serían dos fines de semana sin verlo. Y ya no es por eso, sino porque me siento mal por no apoyarle en estos momentos. La semana que viene es su cumpleaños y además está pendiente de operarse de cataratas (no sólo padecen de cataratas la gente mayor, sus cataratas son hereditarias). Él siempre me apoyó cuando estuve con mis problemas de psoriasis, cuando me iban a poner fundas en los dientes y estaba toda agobiada, .... Y aunque piense en dejarlo me siento mal por no estar a su lado hasta que por lo menos se opere.

Pero también pienso que puede ser un poco falso si en realidad quiero dejarlo. Qué lío!! Creo que pienso demasiado.