Nevando

Está nevando!! Muchos diréis ¡¡Qué bien!! ¡¡Qué bonito!! No os voy a llevar la contraria, a mí también me gusta ver nevar en mi casa calentita sino fuera porque andar en coche es peligroso y se resbala en la calle, por ejemplo.

Hoy probé las dos cosas. Esta mañana salí a comprar y tuve que ir despacito, despacito para no llevarme un trompazo. Después tocaba ir al pueblo, está en plena montaña a los pies de una sierra y sabíamos que iba a estar complicado, tanto a la ida como a la vuelta, en algún momento el coche se iba, se deslizaba a su aire. Lo normal en estos casos.

¿Y qué se me perdía en mi pueblito? Pues estamos en obras en casa. Mi hermano es el que se encarga de coordinar a electricistas, carpinteros, albañiles y demás y estaba allí desde bien temprano. Le concedieron una subvención y la obra tiene que estar acabada en su plazo, que es dentro de nada, así que el pobre se lleva unos tutes... Se va por las tardes después de su trabajo a lijar y barnizar vigas y contraventanas, dirigir aquello y ayudarles si se tercia.

Mi padre y yo también vamos, de equipo de apoyo, los días que acaba sus clases antes y llega allí para comer. Yo voy sobre todo por hacerle la comida, me apetece que coma calentito, que no tenga que preocuparse encima de eso, porque está agobiado y con razón. Sabía que la obra tenía que acabar ahora y así se lo decía a todos los albañiles a los que se la enseñó, pero tienen tanto trabajo que dicen que van a ir en agosto y aparecen en octubre, como fue el caso.

Aquí tenéis la casa de las obras (que no se ven porque son interiores) y mi pueblito nevado. Me apetece que lo conozcáis.