viernes, 3 de julio de 2009

En Zamora escuchando flamenco

El finde pasado estábamos de fiesta en mi pueblo. Mi madrileño en principio dijo que venía. Era una paliza para él. Como trabaja los sábados hasta las 3, cogería un bus que llega aquí a las 12 de la noche y al día siguiente, domingo, a las 5 tiene que estar de vuelta otra vez. Poco tiempo conmigo para mucha paliza de viaje.

Mi madrileño trabaja en un negocio familiar que por ser familiar ata más que otra cosa: el último en irse, muy pocas vacaciones, etc... Le gusta su tiendita y además está en una lista de trabajo de un organismo oficial que sólo hay en Madrid y del que no voy a poner el nombre. De esta lista lo llaman de vez en cuando para hacer substituciones. Y lo llamaron el viernes para empezar el lunes.

Total, que no hubo fiesta gallega y acabé en Zamora escuchando flamenco, una de sus pasiones. Además como el lunes empezaba a trabajar en dos sitios, quiso irse pronto para adelantar trabajo en su tienda el domingo. Quiero verlo más pero parece que siempre hay algo que lo impide.

Este finde nos vemos. El sábado a última hora de la tarde. Poco tiempo como siempre. Ni un día completo. A ver si llegan tiempos mejores.

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