sábado, 5 de junio de 2010

Escuela unitaria

A finales de los años 60 una chica con 20 años recién cumplidos, recibe su destino definitivo como maestra. La chica es mi madre y el destino es un pueblo cerquita del nuestro al que voy a llamar Feliz. Feliz es un pueblo que rondará los 200 habitantes en el que hay una escuela con una sola maestra, como en todos los pueblos de alrededor, es lo que se llamaba una escuela unitaria. Eso quiere decir que en una misma aula van a estar todos los niños desde los más pequeños que será su primer curso hasta los de 8º de EGB, los mayores.

Las carreteras estaban sin asfaltar y los coches escaseaban, así que la maestra iba y venía andando, sólo tenía que atravesar un monte y en menos de una hora estaba en Feliz. Los niños también iban andando, unos tenían más suerte que otros y les quedaba la escuela más o menos cerca. Lo peor eran los inviernos, las lluvias y las nieves.

En los 70 la maestra, mi madre, se casa y enseguida tiene una niña, que soy yo. También tiene un Land Rover con el que va y viene. En Feliz, cerquita de la escuela hace mucha amistad con un matrimonio, padres de alumnos, el señor Pepe y la señora Rosario, de la casa del Cuarto, a donde va a comer y que me van a cuidar mientras mi madre está en la escuela y a los que sigo adorando, muy mayores ya.

Los años pasan y yo... tengo que ir a la escuela y ¿a cuál voy a ir? A la de Feliz. De mi curso éramos cuatro: José del Peral, Ovidio de los Curas, Suso del Manchado y yo. Como era la única chica, mis amigas eran mayores que yo: Marta de María, Pili del Manchado y Marijose de Sebas.

La escuela estaba enfrente de la iglesia, en cuyos alrededores jugábamos. Cerquita había también una cantina, la de la señora Asunción a donde íbamos a comprar nuestros chicles Cheiw y demás chucherías.

No había water, así que íbamos de campo en el recreo. ¡Qué tiempos! Muchas veces íbamos a la finca de Filomena, donde había árboles y nos podíamos esconder mejor. Si Filomena nos veía en su finca, se ponía furiosa y teníamos que salir corriendo con las bragas a medio subir. Como nos echaba tales broncas, si estábamos meando en otra finca que no fuera suya y la veíamos aparecer también escapábamos, pero entonces nos decía: "Neniñas! No corráis que yo tengo lo mismo que vosotras".

Otro espectáculo era cuando Balbino de los Curas, sí, el abuelo de Ovidio mi compañero de curso, aparecía montado en su mula, recién llegado de la feria y un poco pasado de vino. Nos reíamos. Ahora pienso qué tal le sentaría a su nieto ver a su abuelo en ese estado delante de todos nosotros.

O el de Manolo del Candil, que había sido policía en Madrid y el día 31 de diciembre, que estaba en la Puerta del Sol vigilando el reloj, le dio por subir y cambiarle la hora. Se había vuelto loco (o eso decíamos nosotros), lo echaron de la policía y se vino para Feliz. Era muy religioso, pasaba por allí con su tractor, paraba delante de la iglesia, rezaba y seguía su camino.

Cuando tenía 11 años se cerraron las escuelas unitarias en todo el ayuntamiento y abrieron lo que nosotros llamábamos un grupo escolar. Nos parecía enorme, éramos 400 niños en total, había water, calefacción (en Feliz era una estufa de butano), comedor, íbamos en autobús. Pero nunca llegó a tener el encanto de aquella escuela unitaria en aquel pueblo perdido.

Tengo gratos recuerdos de Feliz. Voy a menudo, son días fijos el de San José y el del Rosario, para felicitar a mis dos viejiños, a los que quiero y que me quieren. Para ir a su casa paso por la escuela y siempre vienen a mi mente buenos recuerdos, lo mismo que cuando veo a algún compañero de escuela.

13 comentarios:

Nuria dijo...

Preciosa entrada!!!
Qué bonita historia, qué buenos recuerdos de tus primeros años de colegio y qué bien que aún sigas viendo a tus viejiños todos los años.
Ahora ya sabemos de quién te viene tu vocacion de profe.
Una tía de mi madre (que tiene más de 80 años) también fue maestra en escuelas unitarias de Galicia y nos cuenta muchas veces cómo vivía como maestra de escuela unitaria, ella sin coche, alojándose en la propia escuela...
Besos.

Maitasun dijo...

oooooh, que bonito!!!

Supongo que estes es el post con el que participas en el tema del mes, no??? Sea así o no, me tomo la libertad de incluirlo, jejejejejejee. (aunque supongo que la respuesta es si).

En serio, enhorabuena, te ha quedado genial!!

Besotes

Maitasun dijo...

Vale, lo ves?? primero he venido a leerte y luego he visto el comentario en mi blog de que ya habías publicado... soy un desatre :S

Voy a poner ahora mismo lo de las votaciones...

Besotes

Regalp dijo...

Bonita entrada, la verdad es que recordar ahora cosas de nuestra infancia hace que esas historias sean muy especiales.

Es bonito plasmarlo y compartirlo con los que te leen, ya que en la forma de escribirlo se muestran los sentimientos que se tienen.

La Galicia rural tiene esas cosas, que la hacen tan especial y "enxebre", y que no sé si en otros sitios se podrán entender. Yo desde luego sí que las entiendo y disfruto.

David dijo...

Un post adorable. Eso es lo que yo quería cuando fui a mi Barajas, pero no lo encontré. Yo siempre digo que Madrid, después de todos estos años, no me estaba esperando.

ALMA dijo...

un relato sencillo, sincero, emotivo y feliz.

creo q todos (por suerte) tenemos muy buenos recuerdos de esos primeros años, de esas amistades tan sencillas en las q no cabían los enfados ni rencores... así esos sitios son únicos.

besos y feliz semana


alma

Mo dijo...

Que entrada más bonita nena!!! me ha encantado!!.
Me ha encantado Feliz y su escuela unitaria!!!

Besosssssssssssssssss

Martha dijo...

Joer...que bonitoooooo!! Me ha gustado mucho! Por un momento te he podido imaginar claramente correteando alrededor de esa escuela unitaria de Feliz! ^^

1 besico, guapa!

Claudia Newman dijo...

Los recuerdos de la infancia son tan bonitos!

En mi cole si había más cosas, pero teniendo en cuenta que nací en el 81, se entiende...

Besos guapa

¿qué tal van los estudios?

Dav dijo...

Vaya! Qué bonita historia ^^

Yo no conocía el concepto de escuela unitaria, supongo que estoy muy joven ahora y que eso se usará menos... me alegro de que pudieras disfrutar de una experiencia así. Es maravilloso tener historias felices que contar de cuando éramos niños, que no todo el mundo puede ^^

Anónimo dijo...

La verdad es que esos primeros recuerdos del colegio, los amigos y tal..siempre se nos quedan grabados en la mente.
Bonita historia.

Laque dijo...

Me alegro que os haya gustado.

Bienvenid@s a los nuev@s!

Fernández dijo...

Bonita historia. No te prometo mi voto porque aun no he leído las otras, pero he disfrutado con el cuento de Feliz.