Ay, amigos! Como podéis ver por el título del post y por la foto de la catedral y del palacio episcopal (obra de Gaudí) ayer tocó Astorga, ¿y qué quiere decir eso? Pues que vi a mi madrileño!!!
Era algo que no estaba planeado. El viernes me propuso vernos el sábado, a mí me venía mal porque ando muy liada de trabajo así que le dije que el domingo y decidimos que esta vez tocaba Astorga.
Muy bonito como veis en la foto pero más bonito fue todo lo que pasó. Me haría falta más de una entrada para contar: cómo me cogía la mano mientras tomábamos algo y me ponía colorada; las risas y apretones inocentes; cómo acercaba mi cara a la suya sólo para acariciarme; sus abrazos generosos; el primer beso; los besos y caricias mientras tomábamos un café; los abrazos interminables en medio de la calle... Un día inolvidable.
Lo peor, como supongo que sucede en estos casos es la despedida. Empezábamos a tener frío, así que nos fuimos a mi coche a hablar un rato con la calefacción puesta. Más besos y abrazos. Reclina el asiento y me dice que me ponga a su lado. Yo, mente calenturienta, pienso que quiere lo que todos, ya sabéis por donde voy, verdad? Se lo dejo caer y su respuesta: "No es el momento ni el lugar, sólo quiero estar abrazado aquí contigo".
Como le dije hoy en un sms, mereció la pena el viaje sólo por uno de sus abrazos. La vida me sonríe esta vez.
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