Este sábado salí de copichuelas, hacía un mes que no salía y ya lo estaba deseando. En la cena pedí un bacalao que me sirvieron un poco crudo así que cené más bien poco, con un vinito de Rioja, eso sí. Después vinieron los chupitos de rigor, las copas (Dyc-cola para la señorita) y sería lo poco que cené o que estaba poco acostumbrada, el caso es que me entró una alegría en el cuerpo.... una exaltación de la amistad...
Y entre risa y risa, hablando con unos viejos amigos (a uno de ellos tengo ganas de conocerlo mejor), sin saber cómo ni por qué, le conté a uno de ellos que me gustaba el otro, me pidieron mi teléfono, se lo di... y si se cumple lo prometido el fin de semana tendré una llamada. Quien me iba a decir a mí cuando empecé este blog que mi vida se iba a volver tan intensa e interesante!
1 comentario:
¡¡¡Estas que no paras!!! Ya quisieramos todos que el nuevo año nos sentase tan bien como a ti :D
Un beso
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