Qué penita!

Mañana es mi último día en Benavente y hoy es mi última noche. Me da mucha, mucha pena. No sé por qué pero estoy a gusto aquí, a pesar de los malos rollos que haya en el instituto. Me gustan las rutinas y ya tengo mi rutina benaventana.

Además está A. La semana pasada me lo encontré un día a mediodía. Le dije de quedar pero estaba muy liado con el trabajo. Hoy quedamos a tomar unas cañitas. Sigo pensando lo mismo, que es un chico encantador y demasiado tímido.

Los primeros minutos siempre soy yo la que llevo la parte cantante de la conversación y o yo me hago un lío y no explico bien las cosas o él se pone nervioso y no entiende el verdadero sentido que quiero darle yo a las cosas. Pareciera que no nos entendiéramos. Después ya vamos cogiendo carrerilla los dos y hablamos y hablamos.

Hoy estuvimos hablando de nuestros pueblitos. A los dos nos gustan los animales, la huerta, el campo,... También me preguntó por mis padres y le conté que mi madre murió hace 10 años. Se quedó un poco parado, por haberlo preguntado quizás. Lo entiendo perfectamente y para quitarle hierro al asunto, le hable de ello, con naturalidad, para que no se sintiera mal, quizás demasiado o con detalles que podía haber omitido. Como siempre me pierde la boca. No consigo aprender que a veces es mejor callar.

Quería haberle dicho que podíamos quedar en nuestra ciudad, de hecho vive a 2 minutos de mi casa. Pero me dio corte, vergüenza, como queráis llamarlo y no le dije nada. Sólo que si me tocaba por aquí cerca que le haría una visita.

Estoy hecha un lío. Me gusta hablar con él. Hay muchas cosas suyas que me gustan. No sé si me gusta en todo su conjunto, para compartir una vida con él o no. Mi problema es que cuando en mis pensamientos veo una pareja, un padre de mis hijos pienso en él pero después no soy capaz de visualizar un comienzo de relación. Lo veo demasiado parado.

En fin, mejor me voy a dormir que estoy dándole demasiadas vueltas a las cosas.